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10 mitos sobre el cáncer

Como en todas las cosas, existen muchas afirmaciones sobre el cáncer que no son ciertas, y que generan confusión y ansiedad entre los pacientes. Por eso, siempre es importante chequear la información con el médico tratante para no caer en ambigüedades, malos consejos e información errónea. A continuación, desmitificamos algunos.

1.- “El cáncer es contagioso”

Falso. El cáncer no es una enfermedad infecciosa, por tanto, no se puede contagiar de una persona a otra.

2.- “El cáncer es hereditario”

Es poco probable. Sólo en algunos casos existe una cierta predisposición para padecer determinados tipos de cáncer (suponen un 5-10% del total de cánceres), el 90% restante no se transmiten por herencia. Que existan distintos casos de cáncer en la familia, no significa necesariamente que tengamos más probabilidades de padecerlo.

3.- “El cáncer siempre duele”

Habitualmente, no. El cáncer no tiene por qué doler. La aparición de dolor depende de la zona en que se localiza el tumor. Pero, en cualquier caso, existen gran cantidad de opciones de tratamiento contra el dolor que controlan, en un porcentaje muy elevado de los casos, las molestias del paciente.

4.- “Ya no podré trabajar ni hacer nada”

Depende de cada persona. En ocasiones, la enfermedad o los tratamientos hacen que la persona tenga algún grado de deterioro físico, y necesite, temporalmente, más reposo y descanso. Sin embargo, la mayoría de las personas pueden seguir realizando las actividades diarias habituales y, dependiendo del tipo de trabajo, no necesitan abandonarlo.

5.- “Si no se tienen muchos efectos secundarios es porque no está haciendo efecto el tratamiento” No tiene nada que ver. Los efectos secundarios del tratamiento no se relacionan con su eficacia, dependen del tipo y dosis de la terapia, y de la sensibilidad del paciente. Es decir, el hecho de no presentar síntomas no significa que la terapia no esté siendo efectiva.

6.- “No se puede saber nunca si el tratamiento funciona”

No es cierto. Para conocer cómo responde un cáncer al tratamiento, es preciso realizar una serie de pruebas que permitan al médico comprobar la evolución del mismo. Los exámenes PET/CT son los más indicados para esto en la mayoría de los casos, pero es el mismo médico quien debe determinar cuándo es el momento preciso para su realización.

7.- “Si me pinchan el tumor o lo biopsian, seguro que se extiende la enfermedad”

No. Las punciones o las citologías son métodos diagnósticos ampliamente probados y, si se realizan con la técnica correcta y en los casos en los que esté indicado, es muy improbable que se provoque una diseminación o extensión de la enfermedad.

8.- “El estrés y los problemas emocionales causan cáncer y/o lo empeoran, tengo que mantenerme positivo o no me curaré”

No. Los estudios que se han llevado a cabo para determinar si existe conexión directa entre el estrés y el cáncer no han demostrado ninguna relación entre ambos. El pronóstico del cáncer depende de una serie de factores como la localización, la extensión y la velocidad del crecimiento. También del estado de salud previo y la respuesta del organismo al tratamiento, es decir, no existe una relación causa-efecto. Lo que sí es cierto, es que un estado anímico óptimo ayuda a afrontar mejor la enfermedad y sus tratamientos desde el punto de vista psicológico.

9.- “El cáncer es una lotería, si te toca, te toca; no se puede prevenir”

No es cierto. Existen una serie de tumores que sí pueden prevenirse (cáncer de pulmón, cáncer de colon…), otros pueden detectarse en fases premalignas, es decir, antes de que aparezca el cáncer (cáncer de cuello uterino) y otros pueden detectarse en fases precoces, como es el caso del cáncer de mama. De los diferentes tipos de cáncer, se conocen algunos de los factores que los producen. Si se evitan dichos factores o se modifican adoptando una serie de hábitos saludables, se podrá disminuir el riesgo de padecer dicho cáncer. Por ejemplo: el tabaco aumenta el riesgo de padecer cáncer de pulmón, vejiga y renal, si evitamos su consumo evitaremos, en gran medida, el desarrollo de la enfermedad.

10.- “Los exámenes de diagnóstico precoz se hacen sólo a los que tienen molestias” 

No es cierto. Generalmente, estas pruebas se realizan en la población que tiene más riesgo de desarrollar dicha enfermedad. Por ejemplo, la incidencia de cáncer de colon aumenta por encima de los 50 años, por lo que la prueba de detección del mismo se aplica en la población de dicha edad. Para el cáncer de mamas, en tanto, es aconsejable hacerse el chequeo todos los años a partir de los 40 y con mayor frecuencia aún (cada seis meses a contar de los 30 años) si es que la paciente presenta antecedentes de familiares directos (madre, hermana, abuela).

*Fuente: Asociación Española contra el Cáncer